En el apartado Tierra y Vida de esta página web tienes disponible el último número de nuestra revista (461), correspondiente a los meses de marzo y abril, en el que recogemos los asuntos más interesantes sucedidos durante los dos últimos dos meses.
Destacamos, entre otros asuntos, la apertura del plazo, el pasado 1 de marzo, para que todos los agricultores y ganaderos españoles pidan las ayudas de la PAC, más de 600.000. Pero en la práctica, y pese al retraso de un mes en la fecha de apertura del plazo, se ha llegado al 15 de marzo sin que la nueva normativa esté adecuadamente implementada en el programa. Y es que la que nos vendían como una PAC más sencilla y menos burocrática es todo lo contrario, y todo apunta a que en este 2023, primer año en el que estará en vigor el nuevo Plan estratégico nacional de la PAC (PEPAC), van a ser frecuentes los quebraderos de cabeza de los agricultores, los ganaderos y las entidades reconocidas para la gestión de la PAC.
Pero los problemas de la nueva PAC no derivan sólo de su complejidad, tal como desde ASAJA-Sevilla hemos venido denunciando. La nueva PAC reduce las ayudas a las zonas con mayor potencial y castiga con especial dureza a los agricultores y ganaderos andaluces, y en particular a los de la provincia de Sevilla, que van a perder 242 millones de euros en el periodo 2023-2027 por el diseño caprichoso y arbitrario de una PAC que prima los criterios políticos y busca compensar a otras regiones.
Desde Andalucía, con el respaldo del propio presidente de la Junta y junto a la Consejería de Agricultura y al resto de organizaciones agrarias y cooperativas, se han conseguido muchas mejoras , pero aún así el MAPA ha impuesto sus principales propuestas, que nos ofrecen un menor apoyo económico y mucha más complejidad. En el caso de Andalucía, región en la que desarrolla su actividad uno de cada tres beneficiarios de la PAC, los perjuicios son claros: El 53% de beneficiarios (122.000 solicitantes) perderá fondos.
Es por ello que, tal como ratificó por unanimidad la Asamblea General, ASAJA-Sevilla ha interpuesto ante el Tribunal Supremo un recurso contencioso-administrativo para evitar o al menos para mitigar pérdidas y agravios de consecuencias irreversibles, como informamos en este nuevo número.
Pero no es la PAC el único motivo de preocupación de los agricultores y ganaderos andaluces: la amenaza de la sequía sigue muy presente y si no llueve de manera abundante esta primavera la situación será dramática para absolutamente todos los sectores y cultivos.
Informamos también en este número de la marcha de la campaña de recolección y comercialización de aceite y aceituna de mesa, ya finalizada en campo y con unas producciones inferiores a los aforos inicialmente previstos. Y ofrecemos también los datos de cierre de una extraña montanera, en la que los precios no han estado en sintonía ni con los costes (muy elevados) ni con la escasa oferta, pues hemos vuelto a bajar de los 600.000 cochinos de bellota, un listón que habíamos rebasado siempre en los últimos ocho años.
Este número de Tierra y Vida se hace eco también, entre otros asuntos, de la marcha de los proyectos en los que está trabajando ASAJA-Sevilla, así como de la marcha de las actividades formativas que lleva a cabo la asociación por toda la provincia.