El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente comunicó a las comunidades autónomas pasado 10 de noviembre la notificación oficial a la Unión Europea del primer caso de detección de la bacteria Xylella fastidiosa en España, concretamente en Manacor, en la isla de Mallorca. Se detectó en tres muestras de cerezos de un centro de jardinería y se trata de una subespecie que sólo afecta a cerezos y adelfos.
Este hecho muestra el avance de la enfermedad, aunque también indica que los protocolos de vigilancia y detección precoz que se han establecido por parte de las Administraciones están funcionando y suponen la mejor herramienta para contener la enfermedad.
Para evitar riesgos de propagación y una posible aparición en la agricultura andaluza es importante la concienciación por parte de los agricultores y de todos los agentes implicados, evitando riesgos innecesarios, malas prácticas en el movimiento de material vegetal y colaborando en comunicar cualquier sospecha de presencia de síntomas compatibles con Xylella fastidiosa.
Para dar a conocer mejor la enfermedad, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha editado un díptico donde se recogen los principales aspectos a tener en cuenta, que transcribimos a continuación.
¿Qué es la Xylella fastidiosa?
La Xylella fastidiosa es una bacteria con un enorme potencial patógeno sobre un gran número de plantas. Provoca varias enfermedades de importancia económica, principalmente en cultivos leñosos como viñas, cítricos, olivar, diversos frutales de hueso, café y ornamentales. Su principal área de distribución actual se restringe al continente americano.
Recientemente un foco de esta bacteria ha sido detectado en olivar, en la zona de Salento, Región de Apulia, en el sur de Italia.
Síntomas y daños
Xylella fastidiosa invade el xilema de la planta hospedadora. Su multiplicación en el interior de los vasos puede llevar a la obstrucción del flujo de savia bruta, principalmente agua y sales minerales.
En algunos casos se corresponden con los síntomas típicos de estrés hídrico: marchitez o decaimiento generalizado y, en casos más agudos, la seca de hojas y ramas, y finalmente la muerte de toda la planta. En otros casos los síntomas se corresponden más a los provocados por ciertas deficiencias de minerales, como clorosis internervial o moteado en hojas.
En el foco detectado en Italia los olivos mostraban seca de hojas, de ramas e incluso de árboles enteros.
Hospedantes
Los principales cultivos afectados son principalmente especies leñosas, y entre ellos destacan vid, cítricos, olivar, almendro, melocotonero, café y adelfa, aunque muchos otros son también susceptibles en distinta medida, entre ellos peral, ciruelo, aguacate, arándano y distintas especies de plantas ornamentales y silvestres que pueden hospedar la bacteria como plátano de sombra, robles, olmos, arces, retama de flor, lechecera del cabo, romero australino, etc.
Riesgo fitosanitario
Por sus condiciones climáticas, las áreas que presentan un mayor riesgo potencial para la expansión de esta bacteria en Europa son principalmente la Península Ibérica, Italia y Grecia.
Transmisión y dispersión
El principal riesgo de entrada de la bacteria en otros continentes es hoy en día el comercio y transporte de material vegetal infectado.
La bacteria se transmite de una planta a otra mediante la acción de insectos vectores (actúan como transmisores de la enfermedad a corta distancia).
La principal vía de dispersión es el comercio y transporte de material vegetal contaminado hacía zonas donde el organismo no se encuentra presente.
Prevención y detección
La principal medida de control fitosanitario debe ser extremar las precauciones en cuanto al comercio del material vegetal sensible y especialmente el procedente de zonas con presencia de la bacteria. Este material vegetal debe proceder siempre de productores oficialmente autorizados y con pasaporte fitosanitario en su caso.
Ante la detección y el origen del foco detectado en Italia, debe cuidarse especialmente el estado fitosanitario del material vegetal sensible, procedente de este país y del continente americano principalmente Centroamérica.
En cualquier caso, es fundamental comunicar inmediatamente a las autoridades de sanidad vegetal cualquier sospecha de la presencia de esta bacteria en nuestra comunidad.