El presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Mauricio Soler, ha avanzado en declaraciones a Europa Press, que la cosecha de arroz "no ha sido buena" este año, con un volumen en la provincia "sobre las 200.000 toneladas", lo que "da para pagar los gastos y poco más".
Soler ha indicado que hasta que no se termine la semana que viene" no podrán concretar las cifras totales, pero ha adelantado así que la correspondiente a este año, que comenzó a finales del mes de octubre, "no ha sido una buena cosecha".
En este sentido, ha señalado que "ha sido muy laboriosa por haberse encamado el arroz en el campo" debido a los episodios intensos de lluvia y viento del otoño, además de indicar que "no hay máquinas cosechadoras suficientes ni maquinistas y vamos a un ritmo de recolección lento con medias por debajo de una cosecha normal".
Asimismo, ha afirmado que el arroz "ha estado sufriendo los niveles altos de salinidad" en el Gualdaquivir en las proximidades de estos cultivos. Esto se debe, según Soler, a la "falta de agua embalsada que ha
provocado que no se pueda soltar al río toda la necesaria para aguantar el tapón salino por debajo de las tomas de riego de la zona arrocera". En concreto, el tapón salino es la mezcla de agua dulce y salada que
oscila según las aportaciones de agua dulce y las mareas.
Si bien, Mauricio Soler ha expresado que la cosecha cubre las previsiones "mínimas" planteadas por la Federación, ya que "con el agua que contábamos no teníamos esperanzas de una cosecha buena".
Además, ha explicado que los dos episodios de lluvia importantes en otoño, tanto las primeras precipitaciones de la estación como las descargadas por la DANA, así como el viento, ha conllevado que se queden sin recolectar alrededor de mil kilogramos por hectárea.
Según explicaba Soler al inicio de la cosecha, los arroceros de la marisma del Guadalquivir habían comenzado "a tope" después de dejar unos días que se secara el grano tras las primeras lluvias de otoño.
Asimismo, recordaba que el año anterior no se pudo sembrar nada y el anterior solo el 30% de las hectáreas disponibles por falta de agua. Este año ha sido diferente, las lluvias de mayo ayudaron a que los arroceros sembraran, entre finales de mayo y principios del mes de junio, el 68% de la superficie disponible. Esta siembra fue posible después de saber que la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) les otorgaba una dotación de dos tercios de la totalidad de agua máxima que pueden obtener, esto es, 264 hectómetros cúbicos.