El olivar en Andalucía se encuentra en estado fenológico dominante “I2” (Envero-manchas rojas), compartido con “J1” (Fruto maduro-pulpa blanca) y como más avanzado “J2” (Fruto maduro-pulpa roja), presente en algunas áreas de cultivo de todas las provincias, a excepción de Granada, como publica la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF).
La estabilidad atmosférica de los últimos días ha producido un aumento de las temperaturas, lo que está favoreciendo la incidencia de la mosca del olivo (Bactrocera oleae).
La incidencia que presenta actualmente es moderada a nivel general en el olivar andaluz, destacando, por los valores registrados, las provincias de Jaén, Córdoba y Granada, con un valor medio provincial de 7, 4.3 y 4.2% de picada total, respectivamente. Respecto a la viabilidad de la picada, señalar las provincias de Jaén, Granada y Córdoba, con un valor medio provincial de 5.4, 2.8 y 2.7% de picada viva, respectivamente.
En cuanto al vuelo de adultos, las capturas obtenidas en los mosqueros macphail son moderadas, encontrándose las mismas a la baja, donde las provincias de Cádiz, Granada y Jaén alcanzan un valor medio provincial de 2.9, 1.8 y 0.7 adultos/mosquero y día, respectivamente. Las capturas obtenidas en las placas cromotrópicas, que nos dan información de la actividad sexual de este agente, se encuentran también a la baja, con valores medios provinciales de 2.9, 2.9 y 2.2 adultos/placa y día en Córdoba, Sevilla y Cádiz, respectivamente
En definitiva, la situación actual en la que nos encontramos es un tanto complicada, por las condiciones meteorológicas con suaves temperaturas y el aumento de la humedad ambiental, que favorece la actividad de la mosca. Por tanto, la RAIF aconseja continuar con la supervisión del cultivo y la evolución de esta plaga, por lo que cuantificaremos las poblaciones de adultos en trampas, así como su incidencia en aceitunas, mediante la realización de muestreos de frutos.
Asimismo, es interesante conocer que, entre la fauna auxiliar, existe una serie de insectos parasitoides como Pnigalio mediterraneus, Psyttalia concolor, Eurytoma Martellii, Cyrtoptyx latipes y Eupelmus urozonus, que pueden ejercer un cierto control sobre el crecimiento poblacional de este agente.
La ejecución de controles fitosanitarios durante el mes de noviembre para este agente es muy comprometida, debido a la cercanía del inicio de la recolección, lo que obliga a ser muy selectivos con las materias activas autorizadas a utilizar para este cultivo y plaga concreta, respetando los plazos de seguridad de estos productos.
En cuanto a la presencia de adultos de abichado (Euzophera pinguis) en el cultivo es prácticamente inexistente, encontrándose prácticamente finalizado el vuelo de adultos de la generación de otoño.
Referente a la presencia de enfermedades, recientemente se han realizado observaciones para valorar la actividad de parlatoria (Parlatoria oleae) y escudete (Camarosporium dalmaticum), detectándose su presencia en áreas de cultivo muy localizadas y dispersas, con unos valores muy bajos de ambos agentes. En lo que respecta a la actividad de Repilo (Fusicladium oleagineum), las condiciones meteorológicas que vienen registrándose, caracterizadas por temperaturas suaves y elevada humedad ambiental, favorecen el desarrollo y posterior dispersión por efectos de la lluvia y el viento, por lo que se debe insistir en el seguimiento de este agente y observar su evolución principalmente en aquellas áreas de cultivo como vaguadas, arroyos y zonas de umbría, tomando las medidas de control más convenientes en cada caso.