En estos meses de verano la cigarra (Cicada barbara) aparece en estado adulto en el cultivo del olivar, normalmente en zonas con suelos arcillosos. Como informa la Red de Información y Alerta Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), se trata de una plaga secundaria que, aunque normalmente carece de importancia, en algunas ocasiones puede convertirse un problema importante, especialmente en plantaciones jóvenes e injertos.
Actualmente, debido a las altas temperaturas registradas en los últimos días, las demás plagas del cultivo se encuentran inactivas o con poca presencia cobrando mayor importancia este agente.
Este hemíptero, perteneciente a la familia Cicadidae y al género Cicada, se alimenta de la savia de los olivos clavando sus estiletes en las ramas. Sus ninfas pasan varios años viviendo en el suelo, alimentándose de raíces. Al finalizar este período, que coincide con los meses de julio y agosto, emergen del suelo como adultos y las hembras ponen huevos en brotes tiernos a través de incisiones.
El principal daño causado por esta plaga se debe a la puesta de huevos. Las hembras secan los brotes del olivo mediante las incisiones del oviscapto, especialmente si no hay otro tipo de vegetación disponible para la oviposición. Esto puede llevar a la pérdida de brotes y, en consecuencia, afectar el desarrollo del árbol.
Para realizar el seguimiento, según la guía de Gestión Integrada de Plagas del cultivo del olivo, es necesario buscar las incisiones que hace la hembra en brotes nuevos, que se caracterizan como pequeños cortes.
Es importante prestar especial atención en plantaciones jóvenes e injertos, ya que estos son más vulnerables a los daños provocados por esta plaga provocando la seca de estos.
Tras haber alcanzado estas últimas semanas el punto máximo en la actividad de los adultos, se inicia una leve disminución de emergencias de adultos o mudas, bajando así la incidencia de esta plaga en los próximos días en la provincia de Sevilla.
La principal medida preventiva consiste en retrasar la eliminación de las varetas (brotes del tronco) hasta pasada la primera mitad del verano. Esto permite que las cigarras depositen sus huevos en ellas, facilitando así la posterior eliminación de la puesta al retirar las varetas o brotes tiernos.