Para para ser competitivo, el olivar no solo debe ser sostenible, sino que tiene que hacer de las prácticas respetuosas con el medio ambiente todo un emblema en un mercado mundial cada vez más exigente.
Como publica Natalia Ortiz en ABC, eso es algo que tiene claro el sector olivarero sevillano, que trabaja desde hace casi una década en proyectos dedicados a que la investigación tenga fácil traslado a la actividad diaria en el campo. Es decir, que los agricultores sepan cómo aplicar nuevas prácticas sostenibles que redundan en la eficiencia y el respeto al entorno natural.
ASAJA-Sevilla coordina dos nuevos proyectos que tienen como protagonista al olivar. En concreto, el proyecto C-Olivar (Validación de una metodología innovadora para rentabilizar prácticas de acumulación del carbono en el olivar), que surge de la necesidad de aprovechar el gran potencial de acumulación de carbono orgánico que tiene dicho cultivo, y el proyecto lndibio-Olivar (modelo innovador de indicadores de biodiversidad en olivar con cubierta vegetal en el marco de la PAC 2023-2027), que busca desarrollar unos indicadores que permitan realizar una valoración de cómo benefician los distintos tipos de cubierta vegetal a la biodiversidad en el olivar.