Los agricultores se despiden de un año marcado, a grandes rasgos, por la incertidumbre y la inestabilidad, tanto en el ámbito climático (sequía y efectos de la DANA), político (cambios de gobierno a nivel europeo, nacional y autonómico) y comercial (Brexit, Mercosur, política arancelaria, etc.).
Como publica la periodista Inma Lopera en ABC, esta «inseguridad» ha tenido un reflejo en los distintos sectores agrarios y ha afectado al conjunto de la actividad, siendo la primera consecuencia la caída de la renta agraria un 8,6%, hasta alcanzar los 26.179 millones de euros, según estimaciones del Ministerio de Agricultura.
La falta de lluvia ha marcado las distintas campañas agrícolas, «estando aún la sequía muy presente en el campo, pese a que la situación se ha aliviado levemente con las lluvias de las últimas semanas», destaca en ABC el secretario general de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín. Una sequía que «ha hecho mucho daño a la cosecha de los cereales de invierno, especialmente a las producciones de secano, donde los rendimientos han bajado hasta un 30%».