La delicada situación derivada de la pandemia del coronavirus ha llevado a que casi el 20% de las ganaderías de bravo de Andalucía haya quebrado en 2020 y se haya visto obligada a sacrificar a toda su cabaña ante las dificultades económicas y las escasas perspectivas de futuro, puesto que la incertidumbre es la nota dominante de cara a 2021, donde de momento siguen sin estar aseguradas las ferias y los espectáculos taurinos, el destino comercial de los toros bravos.
Un estudio de la Plataforma Toro Bravo Andaluz, elaborado con la colaboración de la Universidad de Córdoba y de ASAJA-Andalucía, revela que las pérdidas directas de los ganaderos andaluces de bravo en 2020 superaron los 31 millones de euros.
El estudio, que fue presentado en rueda de prensa el pasado viernes, se apoya en una amplia muestra en la que se han recabado datos de más de un 25% de explotaciones, y analiza los costes medios en función del número de madres de la explotación, aunque computa absolutamente todos los costes e incluye a la totalidad de la cabaña (añojos, erales, utreros, cuatreños, cinqueños, bueyes y sementales).
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