En enero de 2023 entró en vigor el nuevo sistema de cotización a la Seguridad Social para autónomos (Real Decreto-Ley 13-2022), que se articula en función de los ingresos reales y no por cuotas fijas.
Como publica la periodista Natalia Ortiz en ABC, se trataba, en teoría y sobre el papel, de un buen sistema, ya que se cotiza en función de varios tramos determinados por el rendimiento de la actividad. Sin embargo, los propios agricultores han detectado un desajuste a la hora de calcular el rendimiento anual de la actividad, que se establece a través del IRPF y que afecta a la gran mayoría de autónomos agrarios, los que tributan a partir del sistema de módulos.
Y es que el reglamento establece que, para determinar el rendimiento computable, a través del que se articula posteriormente la cuota de autónomos, aquellos que tributen a través del sistema de Estimación Objetiva (módulos) deben tener en cuenta el rendimiento neto minorado (casilla 1539 del IRPF 2023), y no el rendimiento neto de la actividad (casilla 1553 del IRPF 2023). «Al hacerlo de esta forma, se tienen en cuenta las reducciones de los ingresos por gasóleo, fertilizantes y amortizaciones, pero no otros índices que también influyen en los rendimientos de la actividad agraria, como la utilización de medios de producción ajenos, personal asalariado o uso de energía eléctrica en regadío», detalla Eduardo Martin, secretario general de ASAJA-Sevilla.