Casi uno de cada cuatro agricultores y ganaderos andaluces realiza sus labores en áreas protegidas. Como informa la periodista Inma Lopera en ABC, la superficie declarada como Zonas de Especial Protección para las Aves Esteparias (Zepas) en la campiña de Sevilla abarca un total de 35.735 hectáreas, pertenecientes a los términos municipales de Osuna (67,64% de la superficie total), Écija (26,88%), Marchena (4,12%) y La Lantejuela (1,36%).
Se trata de un paisaje agrícola en el que los cultivos de secano conviven con uno de los grupos de aves más amenazadas, lo que con frecuencia «dificulta y limita» el día a día de los agricultores, que se sienten «en desventaja» respecto a sus vecinos productores en zonas limítrofes pero cuyas explotaciones están fuera de dicha protección ambiental.
Una autorización para poder cambiar de cultivo
Entre las limitaciones a las que se ven sometidos los agricultores en Zepas está la necesidad de pedir autorización a la Consejería de Medio Ambiente para poder hacer un cambio de cultivo en sus fincas con el objetivo de rentabilizar su actividad.
En este sentido, Asaja Sevilla recuerda en ABC que «los cultivos tradicionales de la campiña, como el trigo y el girasol en secano, están perdiendo peso en la comarca, sustituidos cada vez más por otros permanentes como el olivar o el almendro, que resultan mucho más rentables». Sin embargo, «los agricultores que están en superficie Zepas no pueden decidir hacer este cambio en su explotación con el objetivo de mejorar su cuenta de resultados, pues deben pedir una autorización a la Consejería de Medio Ambiente, lo que incluye presentar la redacción de un proyecto técnico que debe pagar el agricultor de su bolsillo a sabiendas que, pese a hacer este importante gasto, no tiene asegurada la autorización para mejorar su explotación», indica el técnico José Fernando Robles.
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