El acuerdo para la reforma de la PAC aprobado ayer por el Consejo de ministros de Agricultura y pendiente aún de la ratificación del pleno del Parlamento Europeo, confirma lo que ASAJA y el resto de organizaciones agrarias andaluzas veníamos defendiendo: el modelo agrario andaluz de regiones y derechos sí tiene cabida en la nueva PAC 2023-2027.
Este es probablemente el aspecto más positivo de este acuerdo de reforma, que finalmente sí permite que se le dé continuidad al modelo de regiones y derechos, fijando una convergencia paulatina en cada una de las regiones con el objetivo de alcanzar el 85% en el ejercicio de 2026.
No obstante, la nueva PAC será más compleja y más burocrática. Introduce figuras confusas como la de “agricultor genuino”, que pueden llevar a que haya agricultores que pese a desarrollar una actividad agraria real, si no cumplen con este nuevo requisito dejarán de percibir los pagos de la PAC. Asimismo, establece junto a la condicionalidad ambiental, la denominada “condicionalidad social”, ajena al acerbo y a la tradición de la PAC y totalmente innecesaria en una Unión Europea donde la legislación y la inspección laboral están ya más que desarrolladas.
Además, la nueva arquitectura ambiental propiciará que los agricultores reciban menos compensación aunque deban asumir mayores compromisos. Y la nueva figura de los “Ecoesquemas”, a la que obligatoriamente deberá destinarse el 25% de la partida de ayudas directas, es un ejemplo claro de esto, puesto que obliga que a los estados miembros arbitren una serie de medidas ambientales más exigentes y con unos costes adicionales para percibir un pago que ahora venían recibiendo todos los agricultores como complemento a su pago básico.
En resumen, el acuerdo consagra una PAC “más verde”, que remunera peor al agricultor, que deja un amplio margen de subsidiariedad a los estados miembros, que establece una nueva gobernanza basada en el cumplimiento de objetivos de carácter básicamente ambiental y que se aleja cada día más de la labor principal de la PAC: producir alimentos sanos y abundantes a precio razonable para satisfacer la demanda de los consumidores europeos.