El estado fenológico del cultivo del almendro varía según las diferentes variedades. Como publica la Red de Información y Alerta Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), mientras que las variedades más tempranas están próximas a la floración, las más tardías se encuentran en estado de yema latente.
Durante los meses de invierno y primavera es fundamental proteger los almendros de plagas y enfermedades que puedan comprometer su desarrollo. Entre las principales amenazas se encuentran lepra del almendro (Taphrina deformans), cribado (Coryneum beijerinckii / Stigmia carpophila), la polilla del almendro (Anarsia lineatella), pulgones (Myzus persicae y otros) y araña roja (Panonychus ulmi).
Implementar medidas culturales no solo previene estas plagas y enfermedades, sino que también fortalece los árboles para la próxima campaña.
Desde ASAJA-Sevilla recomendamos seguir las siguientes prácticas que aconseja la RAIF para el manejo del cultivo:
Poda del Almendro
La poda es una de las labores más importantes del cultivo, ya que influye en la producción, calidad del fruto, estado fitosanitario y costes de manejo. Mediante la poda se modifican los hábitos de crecimiento natural del árbol para mantener una estructura que permita alcanzar producciones óptimas y facilitar el manejo de la plantación con menor esfuerzo y coste.
Hay que distinguir dos tipos de poda según el estado vegetativo del cultivo:
- Poda en verde
-Se realiza durante el periodo de actividad vegetativa del árbol (mayo-junio).
-Se interviene únicamente en ramas del año (brotes), mediante cortes de aclareo o rebaje.
- Poda de invierno
- Se lleva a cabo durante la parada vegetativa invernal (noviembre-febrero) dependiendo de la variedad.
- Es la poda más completa, donde se intervienen ramas de cualquier tipo, eliminando parcial o totalmente las que sean necesarias.
Recomendaciones generales para la poda:
-Eliminar ramas secas o con presencia de plagas para evitar focos de infección.
-Sellar los cortes de mayor diámetro con productos cicatrizantes para prevenir la entrada de patógenos.
-En plantaciones de densidad media/alta, utilizar sistemas de formación en vaso de pisos o libre con 2–3 ramas principales.
-Realizar la poda en condiciones climáticas favorables.
-Complementar la poda mecánica con intervenciones manuales cada 2–4 años.
-Controlar el vigor excesivo de los árboles mediante poda, fertilización adecuada y riego controlado.
-Realizar intervenciones en verde también durante la poda de producción.
-Incorporar al terreno los restos de poda mediante troceado y triturado in situ, salvo en plantaciones afectadas por enfermedades donde los restos puedan contener inóculos.