El mes de septiembre ha comenzado con más del 50% de la superficie de tomate de industria recolectada en la provincia de Sevilla, como informa la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucia (RAIF). La recolección arrancó este año el 1 de agosto (en 2017 la se inició el 4 de julio). Normalmente el período de recolección en nuestra zona suele ser de unos 75 días, entre las parcelas más adelantadas y las más tardías.
En 2018 la superficie cultivada es inferior a la de 2017 (estuvo en torno a 9.000 hectáreas), localizada fundamentalmente en la comarca del Bajo Guadalquivir, en la provincia de Sevilla. Gran parte de esta superficie se encuentra en Producción Integrada. Esta campaña ha venido marcada por el retraso de la plantación, casi un mes respecto a lo habitual, con el consiguiente retraso igualmente en la recolección.
Una vez instalado el cultivo, la climatología de esta primavera y la primera parte del verano han sido favorables, con temperaturas suaves que han permitido por lo general un buen cuajado de fruto. En agosto sin embargo si se han registrado temperaturas más altas, desde principios de mes.
Según la RAIF, esta campaña está siendo difícil para este cultivo, entre otros factores por la plantación tardía, en fechas que no son las más apropiadas, y por otro lado por las altas temperaturas de agosto. Las altas temperaturas de agosto han provocado una maduración más rápida de lo deseable, y hay parcelas que no se han podido recolectar en el momento óptimo. Por otro lado, las plantaciones tardías corren un mayor riesgo de que les afecten las podredumbres con las primeras lluvias, con el tomate ya maduro. Hasta la fecha se están obteniendo buenas producciones, elevadas por lo general.
Estado fitosanitario
Desde el punto de vista fitosanitario, ya en esta etapa avanzada del cultivo en la que nos encontramos, podríamos mencionar las siguientes incidencias, en tomates aún por recolectar:
• La incidencia de Oidiopsis no es destacable, aunque hay niveles según parcelas. Comenzaron a detectarse síntomas de esta enfermedad en el mes de junio, y ha ido evolucionando sin plantear problemas destacables.
• Presencia muy baja de Heliotis, anecdótica podríamos decir en la mayor parte de los casos, al igual que ha ocurrido este año en otros cultivos de la zona, como algodón o garbanzo.
• Los niveles de Tuta son superiores este año, presentando un difícil control especialmente durante el pasado mes de agosto y comienzos de septiembre, con poblaciones elevadas y un control deficiente de las mismas.
• Presencia de ácaros Eriófidos, de frecuente desarrollo en esta etapa avanzada del cultivo, y Araña Roja. Sus niveles no son destacables, en comparación con otras campañas, controlándose con aplicaciones de azufre, entre otras.
