La Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) continúa su paseo militar con la complicidad del Ministerio de Agricultura, que ha ignorado las alegaciones de los citricultores andaluces y da un paso más en la aprobación de una extensión de norma que autorizará que se detraigan fondos de los citricultores andaluces, catalanes y murcianos para destinarlos a financiar los centros de investigación de Valencia y los caprichos de los directivos de Intercitrus de la Comunitat, dando pie a que esta interprofesión sea nacional sólo a la hora de recaudar, y se torne en valenciana a la hora de invertir, lo que supone una vergonzosa muestra de “geografía variable”.
Ayer se abrió el plazo de aportaciones al Proyecto de Orden por la que se extiende el acuerdo de la Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) al conjunto del sector de la naranja y la mandarina, último paso para lograr una extensión de norma que permitirá a Intercitrus recaudar en todo el territorio citrícola 5 millones de euros anuales, que pueden ser complementados con fondos europeos.
Desde ASAJA-Andalucía, primera región en producción de naranjas de España, su presidente, Ricardo Serra, advierte que “si finalmente la extensión de norma no contempla las alegaciones que ha presentado ASAJA-Andalucía, el Ministerio de Agricultura, con su visto bueno, estará ninguneando a los citricultores andaluces, catalanes, canarios, extremeños y murcianos y será cómplice del atropello perpetrado por los dirigentes de una interprofesión escorada y parcial, puesto que se pone al servicio exclusivo de los intereses de unos pocos y no de todo el sector”.
En el plazo de aportaciones que ahora se abre, ASAJA-Andalucía volverá a presentar las mismas que presentó el pasado mes de septiembre y reitera que la propuesta de extensión de norma “se encara desde una perspectiva cerrilmente local, sin el enfoque adecuado; es parcial y desequilibrada; carece de transparencia y planificación, especialmente en lo relativo a promoción; y contempla duplicidades en la financiación”.
En sus alegaciones, ASAJA pide que se replantee la propuesta de Intercitrus, que debe diseñarse con un criterio nacional, apoyada en argumentos científicos y técnicos sólidos; debe garantizar la participación equitativa de todas las comunidades productoras, debe priorizar la promoción del consumo y la defensa de los citricultores frente a prácticas abusivas; y tiene que asegurar la transparencia en la gestión de fondos y el beneficio directo para el conjunto del sector.
Tal como se recoge en las alegaciones, el Plan de Vigilancia Fitosanitaria Citrícola propuesto por la interprofesional es totalmente innecesario, duplica esfuerzos y gastos, pues las comunidades de Valencia, Andalucía y Murcia ya tienen redes avanzadas de vigilancia con técnicos, estaciones meteorológicas y medidas extraordinarias frente a plagas.
En lo que respecta al plan de I+D de Intercitrus, este está centrado en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), dejando fuera a centros públicos de otras comunidades con amplia experiencia, como IFAPA (Andalucía), IMIDA (Murcia), IRTA (Cataluña) o ICIA (Canarias). ASAJA considera que esta exclusión rompe el principio de cooperación territorial y limita la representatividad científica.
El Plan de I+D es obsoleto y redundante, parte de una visión sesgada de las prioridades de investigación, no atiende a problemas del sur peninsular como el estrés hídrico o plagas específicas y vuelve a caer en el riesgo de concentración de fondos en un solo centro y en la duplicidad con programas ya financiados por fondos europeos (FEDER, Plan Estatal de Investigación, etc.).
La propuesta para financiar una Guía GIP de cítricos elaborada por el IVIA es innecesaria -ya existe una guía oficial nacional publicada por el Ministerio en 2023- y contraproducente, ya que duplicaría esfuerzos y podría generar contradicciones normativas.
Y en cuanto a la promoción y mejora de imagen del sector, el asunto mollar y el objetivo fundamental de cualquier Interprofesional agroalimentaria, la propuesta de Intercitrus es tremendamente vaga e indefinida, ni siquiera sabe que presupuesto pretende destinar a esta cuestión (hablan de entre un 55 % y un 75 % del presupuesto para campañas de promoción de cítricos), no detalla actuaciones concretas, se justifica con retórica, pero no se explican mecanismos de seguimiento ni criterios de impacto y no aporta un plan de comunicación estructurado, pese a que la promoción es la función esencial de una interprofesional.
Tal como concluye Ricardo Serra “la propuesta de Intercitrus no responde al interés general del sector citrícola español. No se le pueden detraer fondos a los productores para malgastarlos. Por lo que si esta propuesta no se replantea en profundidad, el Ministerio de Agricultura estará amparando una traición a la citricultura española para satisfacer el capricho y los intereses de unos pocos”.





