El sector agrario es uno de los que más ha sufrido el impacto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 900 euros, aprobada por el Gobierno a finales de 2018. Un incremento «sin precedentes» del 22,3% respecto al anterior que ha tenido perversas consecuencias en el campo durante todo el año 2019, tal y como reconocía, hace poco más de un mes, el que fuera secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado.
Como publica la periodista Inma Lopera en ABC, el propio Gobierno socialista daba la razón a lo que las organizaciones agrarias advertían admitiendo, por boca del propio Octavio Granado, que la subida del SMI había provocado «problemas» en algunos sectores como «el empleo doméstico o la agricultura», incidiendo en el «aumento de la economía sumergida» y apuntando a una «caída del número de horas extras declaradas en el campo».
Tras esta negativa experiencia, el nuevo Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, «lejos de rectificar, vuelve a poner sobre la mesa otra posible subida del SMI hasta los 1.000 euros para este 2020», lamenta en ABC el secretario general de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín, quien reprocha que el Ejecutivo, hace un año, hiciera caso omiso a voces como la del Fondo Monetario Internacional o la del Banco de España, que advirtieron que la propuesta sería nefasta para el empleo.
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