El cambio climático está trastornando la agricultura en todos los rincones del mundo, desde sequías a inundaciones que dañan los cultivos y amenazan a las comunidades rurales. La agricultura intensiva sostenible tiene un papel importante que desempeñar para reducir los efectos del aumento de las temperaturas. Al mejorar la fertilidad del suelo, mejorar la biodiversidad y crear paisajes conectados, podemos ayudar a los productores a adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas.
La gestión responsable del suelo hace que la agricultura sea más resistente a las causas y los efectos del cambio climático. El suelo tiene gran capacidad de almacenamiento de carbono, pero cuando el suelo se degrada o se altera, el carbono se libera a la atmósfera y se convierte en un gas de efecto invernadero.
En el marco de su plan de compromisos con la sostenibilidad, Syngenta incentiva actividades que promueven la fertilidad y la salud del suelo, a la vez que ayudan a reducir, capturar y almacenar carbono de manera más efectiva. Una forma de evitar que el carbono se libere del suelo es a través de prácticas de agricultura de conservación, mediante la perturbación mínima del suelo, la cobertura permanente del mismo (por ejemplo, residuos de cultivos o cultivos de cobertura) y la rotación de cultivos. No labrar el suelo también evita el paso de maquinaria pesada en el campo que quema combustibles fósiles. Esto significa que los agricultores pueden cultivar más, manteniendo el carbono en el suelo y liberando menos emisiones de combustible en el aire.
Las fuertes lluvias, las inundaciones y la sequía pueden alterar la naturaleza física del suelo, haciéndolo susceptible a la escorrentía y la erosión. Nuestro trabajo para mejorar la biodiversidad de los entornos agrícolas, como la plantación de árboles y otros márgenes de campo, ayuda a que la estructura del suelo sea más resistente a los efectos del clima severo. Como parte de los compromisos adquiridos por Syngenta, está la mejora de la fertilidad de 10 millones de hectáreas de tierras de cultivo para el año 2020 – una superficie del tamaño de Islandia.
Finca modelo en Osuna
Un perfecto ejemplo de esta apuesta por una agricultura sostenible, es el proyecto que desarrolla Syngenta para favorecer un mejor conocimiento de la Agricultura de Conservación en cultivos herbáceos , que se desarrolla simultáneamente en España, Reino Unido y Francia y que entra en su tercera campaña de estudio.
Esta iniciativa se realiza en colaboración con la Asociación Española de Agricultura de Conservación – Suelos Vivos y ASAJA-Sevilla, y se ha puesto en marcha en nuestro país en dos fincas piloto ubicadas en los términos municipales de Osuna y Lebrija, en las que se comparan en nueve parcelas demostrativas tres manejos de cultivo diferenciados a partir de una rotación anual de cereales (trigo duro), oleaginosas (girasol) y leguminosas (garbanzo).
Dicho proyecto suscitó el pasado mes de julio el interés de los medios de comunicación, acogiendo la finca demostrativa de Ojén (Osuna) un reportaje realizado por TVE y que se emitió en Agrosfera, el canal internacional de TVE, así como en sus informativos nacionales.