El proyecto LIFE Agromitiga, coordinado por la Asociación Española de Agricultura de Conservación-Suelos Vivos (AEAC.SV), ha celebrado hoy, en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, un seminario en el que ha trasladado los trabajos desarrollados junto al sector agropecuario andaluz para avanzar en la implantación de la agricultura de conservación y el desarrollo de las buenas prácticas agrarias que contribuyan a mitigar el cambio climático y sus efectos.
Bajo el epígrafe “La agricultura del carbono: desafíos y oportunidades para los agricultores europeos”, se ha desarrollado un encuentro en el que han participado agricultores, investigadores y técnicos implicados en la implantación de la agricultura de conservación, una técnica clave que ayuda a la captación neta de carbono en las tierras agrícolas y permite incrementar el secuestro de CO2 en el suelo, reducir las emisiones, mejorar la estructura de los suelos y aminorar su erosión y desertificación.
Durante la última década, las explotaciones que han implantado tanto la siembra directa como las cubiertas vegetales no han parado de crecer en España, el uso de las cubiertas vegetales ha aumentado un 15 % y la siembra directa, un 65 %. Los últimos datos del Ministerio de Agricultura ponen de manifiesto esta progresión. En 2021, las cubiertas vegetales ocuparon en España una superficie de 1,35 millones de hectáreas agrícolas, lo que supone el 25 % de la superficie total de cultivos leñosos. A su vez, la siembra directa alcanzó las 845.000 hectáreas, casi el 12% de la superficie de cultivos herbáceos extensivos.
El seminario, que ha sido inaugurado por el parlamentario y miembro de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo, Juan Ignacio Zoido; el presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, y el director ejecutivo de AEAC.SV, Óscar Veroz, se ha articulado en torno a dos mesas redondas. La primera de ellas, moderada por el director de la Oficina de ASAJA en Bruselas, José María Castilla, se ha centrado en analizar la contribución del sector agrario a la mitigación del cambio climático y ha contado con la participación de la directora de Política Energética de la Dirección General de Energía de la UE, Cristina Lobillo; de la representante de la Dirección General de Acción por el Clima de la UE, Valeria Forlin; de la agregada de la Representación Permanente de España ante la UE, Blanca Ojosnegros, y de la representante del Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias de la UE, Irene de Tovar.
La segunda mesa redonda, moderada por el coordinador de ASAJA-Sevilla en el proyecto LIFE Agromitiga, José Fernando Robles, se ha centrado en analizar la rentabilidad de la agricultura del carbono y sus oportunidades, y ha contado con las intervenciones del profesor de la ETSIAM de la Universidad de Córdoba, Emilio González; del director de Asuntos Corporativos de Syngenta, Francisco García, y del agricultor Pedro Maestre.
Tal como puso de manifiesto en su comparecencia el profesor de la ETSIAM de la Universidad de Córdoba, Emilio González, el coste de la inacción sobre la degradación del suelo supera en la Unión Europea los 50.000 millones de euros al año, por lo que defendió la implantación de la agricultura de conservación (basada en la mínima alteración del suelo: la siembra directa, la cobertura permanente y la rotación de cultivos), que es el modelo con mayor capacidad de mitigación del cambio climático. De hecho, tal como concluyó Emilio González, el potencial de mitigación de la agricultura de conservación en España se estima en 53 millones de toneladas de CO2 al año, cifra que compensaría la totalidad de las emisiones del sector agrario en nuestro país.
Este es el modelo en el que se centran los trabajos del proyecto LIFE Agromitiga (Desarrollo de estrategias de mitigación del cambio climático a través de una agricultura inteligente en el uso del carbono), que tiene el apoyo financiero del Programa LIFE de la Unión Europea y, bajo la coordinación de la AEAC.SV, cuenta con la participación de ASAJA-Sevilla, la Universidad de Córdoba, el Instituto Andaluz de Investigación Agraria y Pesquera (IFAPA), la Junta de Andalucía y la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF).
La base del proyecto LIFE Agromitiga es la agricultura de conservación (AC), que persigue una perturbación mínima del suelo, su cobertura permanente y la rotación de cultivos, y desempeña un papel primordial para incrementar el efecto sumidero de carbono en el suelo, al mismo tiempo que logra reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en especial CO2 y N2O.
El ámbito principal de actuación es Andalucía, donde se trabaja en 36 fincas, aunque sus resultados son extrapolables a toda la cuenca mediterránea, ya que también se trabaja en 9 fincas de otros países europeos. LIFE Agromitiga, que está en su último año de ejecución, desarrolla herramientas y actuaciones que potencian esa capacidad mitigadora, evalúa el impacto de diferentes prácticas agrarias y cuantifica y ofrece datos contrastables y contrastados sobre la capacidad mitigadora de los distintos sistemas de manejo de suelo en cultivos herbáceos y leñosos en la cuenca mediterránea. Con este proyecto se espera contribuir a la transición hacia un sistema agrario hipocarbónico, aportando resultados validados aplicables a los compromisos internacionales de la UE en materia de cambio climático.
Por último, Emilio González dio un toque de atención a la cadena de valor, a la que instó a reconocer el esfuerzo que hacen los agricultores que practican la agricultura de conservación, al conseguir con ella capturar CO2 y reducir emisiones a la atmósfera, a la vez que mejorar la eficacia en el uso del agua y los insumos.
En esta misma línea, el parlamentario del Grupo Popular europeo, Juan Ignacio Zoido, apuntó que “al igual que el que contamina paga, el que descontamina debería cobrar”.