La batalla no es nueva pero parece dilatarse en el tiempo. Su nombre: coeficiente de admisibilidad de pastos (CAP), un sistema de cálculo para establecer la superficie considerada como pasto en una explotación ganadera y que, según la normativa correspondiente a este año, deja fuera de ayudas al 54% de las superficies de pastos de la ganadería extensiva andaluza.
Como explica la periodista Elisa Navas en ABC, el motivo de esta merma es la inclusión de un nuevo factor, el de estructura de vegetación o arboleda, que viene a unirse a los ya incluidos en anteriores ediciones sobre pendiente y suelo. Este nuevo factor establece que el árbol impide el crecimiento de pasto en sus inmediaciones, afirmación que niegan taxativamente los ganaderos andaluces, formulando una invitación a las autoridades andaluzas, nacionales y europeas a que visiten sus fincas y que comprueben sobre el terreno que lo que ellos defienden es cierto.
Tal como informa ABC, las luces rojas se encendieron hace ya dos meses, cuando ASAJA puso sobre la mesa esta cuestión, con envío de carta a la presidenta de la Junta para que tomara medidas correctoras, dado que Andalucía es una de las comunidades autónomas más perjudicadas por este nuevo sistema de cálculo que ha levantado a todo el sector. Como recuerda Eduardo Martín, secretario general técnico de ASAJA-Sevilla, el problema radica en que «no estamos de acuerdo con el método que se usa para calcular la superficie considerada de pasto, al reducirla brutalmente y de forma totalmente artificial».
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